Las vacaciones en casa de una madre son una cosa muy mala para llevar un blog. Entre que me paso los días de parranda presentando al churumbel a unos y a otros, que estoy preparando la boda con el guiri y que mi madre me está mimando con bizcochos caseros y embutidos, no tengo ni el tiempo ni las ganas de sentarme a escribir.
Así que voy a deleitaros con el que yo considero es el momento más inigualable de mi vida con el guiri. Aviso que seguramente me estoy ganando el divorcio con esto y voy a tener que volver a Londres con kilos de colacao y promesas de galletas de chocolate para ganarme la redención, pero es que esto no puedo vivir sin contarlo.
Así que voy a deleitaros con el que yo considero es el momento más inigualable de mi vida con el guiri. Aviso que seguramente me estoy ganando el divorcio con esto y voy a tener que volver a Londres con kilos de colacao y promesas de galletas de chocolate para ganarme la redención, pero es que esto no puedo vivir sin contarlo.